Bienvenidos a mi web.
Aquí voy a mostrarte mi forma de entender la fotografía de bodas y de trabajar. Te explicaré punto a punto como trabajaré en tu boda, además, te mostraré el porqué considero que tengo el mejor trabajo-pasión del mundo y que me llena cada día más de felicidad e ilusión.
Solo decido acudir a 15 bodas por temporada y una por semana nada más, y no busco, ni necesito, unos novios guapos o espectaculares. Necesito personas que se ilusionen con este día y con su reportaje de fotos, de la misma manera que lo hago yo con cada una de mis bodas. Me gustan las bodas llenas de ilusión, en donde se encuentran novios llenos de amor y complicidad, que aprecien y valoren su reportaje de fotos, ya que allí se guardarán su recuerdos para siempre. Entrego un mínimo 500 fotografías aproximadamente, en alta calidad, a los pocos días de vuestra boda, sí, a los pocos días.
En mi forma de trabajar no soy un fotógrafo de bodas sin más de los que llegan a la ceremonia, te hacen fotos, cobran y se van. Me esfuerzo por ser el profesional que me gustaría encontrar en mi boda, y de ahí mi trato tan especial con cada pareja.
Para ver más fotografías mías revisa mi Portafolio.
¡Y llegó el tan esperado día!
Para cuando llegue ese día, ya no debo ser Robert León Fotógrafo de Bodas, debo ser Robert, un amigo que viene con su equipo fotográfico para compartir ese día con vuestros familiares y, sobre todo, con vosotros. De esta manera nadie, y menos vosotros, podréis verme como un intruso que capta cada movimiento con un disparo.
Procuro trabajar lo más que se pueda la boda sin flash, entendiendo la luz natural que tenemos en cada escenario. De esta forma consigo tres cosas: fotos más naturales, interferir lo menos posible en vuestra historia y que los asistentes no sepan cuando estoy disparando, logrando conseguir una total naturalidad.
Unos días antes de la boda nos llamamos y como sé que estaréis super nerviosos, os ayudaré a coordinar los horarios.
¡Comienza el día!
En primer lugar voy al sitio donde se vestirá el novio. Llega un momento que adoro: el momento que abrazo al novio tratando de disimular los nervios, jijiji. Con él estaré entre 30 y 40 minutos, en los que podrá estar con sus familiares más allegados, el padrino, sus amigos o solo, eso ya es elección de él. Allí saldrán una serie de fotos de momentos mágicos, que sólo pasan una vez en la vida y que yo disfrutaré capturándolos para siempre.
De allí me voy al sitio donde se vista la novia, llego y esta todo lleno de emoción y nervios, la ilusión de toda una vida a poco rato de suceder. Sin duda, uno de los momentos más especiales y hermosos de todo el día. La madre intentando guardar la calma, el padre sin lograr decir una palabra soltando una lagrima tras otra, las hermanas intentado calmar la situación, las amigas que llegan llorando… en fin, un torrente de emociones que por nada del mundo me quiero perder.
Llegaré antes que la maquilladora, con la intención de hacer fotos al vestido muy bien cuidado, los anillos que brillan más que nunca, el precioso ramo y a esos zapatos que están deseando ser puestos…me gusta tomarme un vaso de agua, un café o un refresco con vosotras antes de que comience el día sin frenos, ver esa emoción desbordada en vuestros ojos. Además, me gusta ayudar a que te relajes para ese día tan maravilloso que te espera.
Desde aquí empieza a pasar todo muy rápido para mí. Las horas parecen volar y los minutos desaparecen. Me voy al lugar de la ceremonia a esperar a la novia y aprovecho para hacerle fotos a los niños, abuelos, asistentes a la boda y por supuesto, la fotografía del novio esperando en el altar, hecho un manojo de nervios, esperando a su amada con toda la ilusión de verla radiante acercarse poco a poco para compartir la vida con él. Tensión, emoción, sentimientos… Una espera difícil pero que guarda la recompensa más bonita.
Aquí también disparo sin flash, ya estemos en una iglesia o con un atardecer de fondo. Es la única forma de capturar la luz ambiente que tengamos. Me encanta capturar la complicidad, las risas nerviosas, las lágrimas que se escapan de los ojos de los novios y las que brotan en los familiares dejando caer todo el cariño que sienten por ellos.
En este precioso momento me paro, miro a los novios y les sonrío. Yo también me siento especial gracias a vosotros. Me habéis dejado entrar en vuestro corazón y dejado formar parte de uno de los días más bonitos de vuestra vida.
Salimos de la iglesia, las felicitaciones de vuestros invitados, los abrazos de vuestros familiares, hermanos, amigos y yo a toda velocidad no queriendo perderme ni uno de ellos.
De allí nos iremos a algún sitio ya hablado con anterioridad, para haceros una sesión de fotografías. A la vez le damos tiempo a los invitados a llegar al lugar del convite y disfrutar de la recepción. Cuando llegamos al convite, haremos una serie de fotos con vuestros invitados y del brindis antes de pasar a la comida o cena.
A mí, particularmente no me gustan las fotos de la gente comiendo, por lo tanto durante ese tiempo no hago fotografías. Tampoco es que me desaparezca, estoy alerta en busca de momentos si pasara algo importante estaré allí para registrarlos en el tiempo.
Regreso para la tarta y entrega de recuerdos (es importante facilitarme el planning). Luego el baile de los novios y todo lo posterior hasta bien avanzada la fiesta.
Momentos, gestos, miradas, sentimientos, emociones…Pasará el tiempo, los meses, los años, pero se guardarán tus recuerdos…
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